EL TOLDO EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD
La necesidad del hombre para protegerse del Sol no es nueva. Desde la misma prehistoria y a la vez que ideaba armas para cazar mamuts, el homo sapiens pensaba también cual era la mejor forma de librarse del calor. Había inventado el toldo, pero aún no lo sabía.
Acompáñenos por este recorrido en la historia del toldo, que también es la historia del hombre. Porque ambas historias siempre han ido unidas. Desde la prehistoria hasta hoy mismo.
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CHOZAS - LAS PRIMERAS CARPAS
Con pieles de animales rudimentariamente cosidas entre ellas, le servian al hombr primitivo como una ideal protección ante el sol.
LA MATERIA PRIMA
A falta de los conocimientos necesarios de tejeduría, la piel de los animales les serviría tanto para abrigarse, como para protegerse del sol en rudimentarias chozas.
LOS PRIMEROS TOLDOS DE LA HISTORIA
Dos palos de madera y una piel de animal. Seguramente el hombre primitivo se dió cuenta que podía guarecer debajo a los suyos para librarles del calor.
A falta de saber dominar el metal, un par de troncos límpios sin corteza y dos agujeros en el suelo suponían una sujeción más que aceptable
La piel del animal, transpiraba apropiadamente el calor, mientras que le era impermeable a la lluvia. Hace miles de años ya se buscaba en un tejido para el sol las mismas cualidades que hoy en día.
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¿COMO EXTENDÍAN EL TOLDO?
Las cuerdas fueron maniobradas por marineros ayudados por esclavos. Esta profesión fue la más probable de realizar esta tarea, siendo similar a las cuerdas de los barcos. Formaban parte de la flota imperial, tenían su base en el cuartel Castra Misenatium. Para unir las cuerdas utilizaban grandes bloques de amarre fuera del Coliseo, todavía existen, parcialmente.
LOS ROMANOS
Entre los toldos más importantes del mundo antiguo se encontraba el velarium, el complejo masivo de estructuras retráctiles de sombra que se podía desplegar sobre las áreas de asientos del Coliseo romano.
Cosido de tela de sombra de lino, armazón de madera, sockets de hierro y cuerda, el sistema podría efectivamente cubrir alrededor de un tercio de la arena y los asientos; otro tercio podría estar sombreado por las altas paredes circundantes, proporcionando a la mayoría de los asientos algo de sombra en una tarde deslumbrante.
Se cree que los marineros, con sus antecedentes en la fabricación de velas y aparejos, fueron empleados para construir, mantener y operar el velarium.
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TOLDOS PARA EL COMERCIO
Con la técnicas de trama y urdimbre más depuradas, las lonas en la edad media eran muy parecidas a las de hoy
ENTRE EL SIGLO V Y EL XV
Con la caida del Imperio Romano, las grandes construcciones textiles dejarían de existir hasta bien entrado el Siglo XX.
Los toldos se usaban principalmente para proteger los produtos del sol en los mercadillos.
Aunque la imagen es una representación un tanto libre e inexacta de un mercadillo medieval, si es cierto que se usaban lonas de algodón, sustentadas sobre mástiles metálicos o tablones de madera, más fáciles de conseguir.
La nobleza y la realeza disponía de rudimentarios toldos en los patios y jardines de sus residencias, con el fin de protegerse del Sol y conservar su tez blanca puesto que una piel oscura era señal de trabajar al sol, algo reservado solo para el pueblo llano.
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AÑO 1771
El artista italiano Marco Marola nos representa esta clásica estampa de la representación de una comedia en Verona donde podemos ver claramente un toldo en forma de pérgola prácticamente igual a los que fabricamos actualmente. Y han pasado más de 250 años.
DE 1492 A 1789
Entre los siglos XV y XVIII el toldo evoluciona y se hace corredero, siendo el antecesor de la pérgola actual. Las lonas continuan siendo de algodón pero van ganando en consitencia y calidad. Los telares se perfeccionan y aunque aún queda mucho para la edad industrial, la fabricación de tejidos alcanza calidades impensable años antes.
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LITOGRAFÍA ORIGINAL 1890
Esta imagen forma parte de un catálogo de toldos original del S. XIX.
EL PRIMER TOLDO MODERNO
Este catálogo tiene casi 150 años, pero aún se pueden ver toldos de este tipo en muchas ciudades españolas. Toldos que han resistido el paso del tiempo.
FRANCIA, FINALES DEL S. XIX
La Revolución Industrial crea una nueva hornada de empresarios con visión de futuro que ven en los nuevos sistemas de producción una oportunidad para poder redefinir el mundo.
En este contexto de cambios constantes, aparece un soñador llamado ANTOINE FABRÉ y que cambiaría la forma de protegernos del sol para siempre.
ANTOINE FABRÉ
Considerado como el inventor del toldo moderno, nació el 23 de Octubre de 1860 en Tarn, al sur de Francia
En 1884, se casó con su prima hermana Marie Philippine Gourguet en Graissessac. Y en 1885 alquiló una habitación en 12 rue du Séminaire (hoy rue André-Nougaret) y se estableció como cerrajero y mecánico, situando en esa fecha la fundación de su empresa.
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EL PRIMER CATÁLOGO DE TOLDOS DE LA HISTORIA
Sacó varias patentes para accesorios, sistemas etc. y en particular varias patentes para brazos de toldos, máquinas elevadoras y sistemas articulados que revolucionaron por completo la industria del toldo.
En 1895, en 91 avenue de Belfort (hoy en día avenue Jean-Moulin), levantó un gran taller para fabricar toldos con los cuales satisfacer la demanda creciente de sistemas de protección solar.
No tarda en crear sucursales en tres ciudades importantes de Francia: París, Marsella y Niza.
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PREMIOS
Tanta fue su fama, que consiguió varios premios de la época tal y como refleja la portada de su catálogo.
Algunas webs de toldos le atribuyen erroneamente a Fabré el primer toldo en la Exposición Universal de París de 1889. Sin embargo esto no es cierto.
Fabré llevaba muchos años fabricando toldos y había ganado ya muchos premios en 1889. Y no hay ni un solo dato que situe un toldo de este inventor en tan afamada Exposición Universal.
FALLECIMIENTO DE FABRÉ
En 1906 se asoció con dos ingenieros, Rigaud y Veyssiere. En 1907, al no tener descendientes, vendió su parte de la empresa a sus asociados.
Los fondos que obtuvo le permiten hacer un nuevo préstamo a Eugène Guiraud, sobrino nieto de Eugène Bauton, para pagar una deuda de juego, y se convierte en propietario de tres casas (52 allées Paul-Riquet, 12 rue du Seminario y 11 rue de l'Hotel-Dieu), así como la bodega La Crouzette.
Antoine Fabre murió en Béziers en 1928 y fue enterrado en el cementerio de Old Béziers en una tumba coronada por una estatua de Jean-Antoine Injalbert , el famoso escultor de Biterois.
En 1939, el consejo municipal de Béziers decide dar su nombre ("Antoine Fabre") a la calle ubicada frente a la universidad que une la avenida Jean-Moulin con la rue des Lois.
CONTINUIDAD Y FIN DEL NEGOCIO
Sus dos socios continuaron el negocio hasta 1927.
Durante estos años, el negocio prosperó de forma exponencial, abriendo nuevas delegaciones en Toulousse y Niza.
Se empiezan a exportar sus productos a toda Europa y se comienzan a ver sus productos en España.
Los primeros años del S. XX fueron realmente provechosos para esta fábrica de toldos, puestos que disfrutaban de una serie de patentes exclusivas.
En 1927 bien por desavenencias entre los socios, o bien por ley de vida, ya solo aparece Rigaud en los documentos que han sobrevivido al tiempo.
Para 1939, la empresa de Toldos RIGAUD se une a la fábrica de lonas NÖEL
Sin embargo, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la ocupación de Francia por las tropas alemanas y la necesidad de enviar al frente tanto profesionales, como herrajes y telas disponibles para tiendas de campaña, paralizan la actividad de la empresa.
A partir de 1945 no queda rastro de esta empresa de toldos francesa, quedando en el olvido el legado de Antoine Fabré.
Esperamos que estas líneas sirvan de homenaje al que se le puede considerar el padre del toldo moderno, y cuyos únicos catálogos que se conservan forman parte de la colección privada de la Famlia Pacheco.
AÑOS 30 - LAS PATENTES DE FABRÉ LLEGAN A ESPAÑA
En algunas páginas se puede leer la historia del empleado de ESTAPE que en 1936 viendo los todos en Francia, se quedó maravillado y decidió traerlos a España
Es una bonita historia, pero no es cierta. En realidad no se sabe exactamente la fecha en la que ESTAPÉ comenzó a traer el sistema francés, pero hay documentos fechados en 1924 que nos atestiguan que fue mucho antes.
Tampoco se sabe muy bien en que circunstancia ocurrió, pero si sabemos, por la labor de investigación realizada, que los toldos de origen frances ya se estaban instalando en las calles de Madrid y Barcelona en los años 20 del siglo pasado.
ESTAPÉ CANUT Y GRACIA
A principios de los años 30, Estapé se asocia con Canut y Gracia, una empresa fabricante de hilos de algodón catalana.
De ahí salen los primeros catálogos conocidos del mundo del toldo, cuyos diseños, no se sabe bien si inspirados, comprados o directamente copiados, son idénticos a los franceses.
La segunda mitad de la década de los años 30 son convulsos para Estapé Canut y Gracia puesto que la empresa es colectivizada y su documentación incautada, pasando a formar parte de los papeles del Archivo de Salamanca. Le serían devueltos a sus descendientes, en el año 2015
Durante la Guerra Civil la fabricación cesa y no se retoma hasta después de acabada la guerra.
AÑOS 40 Y 50
En los años posteriores a la Guerra Civil Española, se restituye la empresa a sus legítimos dueños y se reinicia la confección de toldos.
Canut y Gracia ponía la lona, que se fabricaba en Manlleu. Por su parte Estape disponía de los herrajes. (De ahí el nombre Estapé,Canut y Gracia Reunidos). Esto les permitió prosperar, dentro de lo que se podía prosperar en los años del hambre.
En la década de los 50 aún quedaban algunos años para que el toldo se popularizara como un elemento de consumo. Sin embargo, no había tienda en cualquier gran capital que no contara con su correspondiente toldo, que protegía del sol y por supuesto daba caché. Hay que tener en cuenta que el precio de un toldo por entonces era practicamnte prohibitivo para una familia trabajadora.
Aún así y aunque un toldo de rodete era casi uso exclusivo para tiendas, se comienzan a popularizar toldos "de cables" que hoy en día se siguen vendiendo. Era un sistema rudimentario, pero muy económico ya que no llevaba apenas herraje. Tan solo lona de algodón, unas anillas cosidas a dicha lona y unos cables.
De esta forma el pueblo podía, en sus patios, soportar las largas tardes de sol en Agosto
De los años 40 y 50 nacen muchas fábricas de toldos actualmente reconocidas en España, como es Toldos Pacheco
EL FIN DE UNA ÉPOCA
La empresa funcionó hasta los años 70, fabricándose hasta entonces miles de toldos
Paralelamente, desde los 50 hasta los 70, van surgiendo fábricas que imitan el modelo de toldo inicialmente frances. Los guarnicioneros y tapiceros empiezan a coser toldos, encargando a los herreros los sistemas.
Nacen empresas dedicadas al herraje que comienzan a producir en serie, bajando los precios, y satisfaciendo la necesidad de una clase media cada vez más pudiente, que precisaba de un sistema más económico para protegerse del sol.
La fábrica textil de Ca l'Estapé dejó de producir lona cuando fue destruida por un incendio, en 1971. Había empezado a funcionar a finales del s. XIX.
De la fábrica hoy no queda casi nada. El elemento más destacable es la chimenea, de planta cuadrada y de ladrillo visto, de 3 m de lado y 30 m de altura, con un adorno en la parte final.
También permanece la turbina, instalada en 1948, que se puso de nuevo en funcionamiento en 1985 para vender electricidad, una Francis Benoni de 2 rodillos, disposición horizontal y velocidad nominal de 189 rpm. El salto es de 3,62 my la potencia nominal es de 52 kW.
